En el marco de Todas las Mujeres 8M, en reconocimiento a la pluralidad y a los derechos de la población femenina en el mes de marzo, el TdeA Institución Universitaria abrió un espacio para el Conversatorio académico: tres décadas hablando de juventud en Medellín.
Parte de los panelistas participaron en el primer Consejo Municipal de la Juventud (CMJ) hace 30 años o trabajan en la actualidad por esta población. Es así como se enriqueció el debate con figuras como César Guisao Varela, abogado, educador, exdirector del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y quien asumió cargos directivos y como asesor en temas de juventud en las administraciones municipal, departamental y nacional; Adriana Benjumea Rúa, actual directora de la Corporación Humanas, quien además trabajó en Naciones Unidas, abogada feminista y egresada del CEFA; Felipe Andrés Gil Barrera, director de la Corporación Gilberto Echeverria Mejía y exsecretario de Educación de Antioquia y de Medellín; y Ricardo Jaramillo Vélez, Secretario de Juventud de Medellín, quien también fue representante estudiantil y vocero en las instancias gubernamentales. El conversatorio contó con la moderación de Sonia Valle Graciano, subsecretaria de Despacho en la Secretaría de la Mujer.
“Hoy se cumplen 30 años de haberse elegido el primer Consejo Municipal de la Juventud en el mundo y fue en Antioquia, en Medellín, donde se eligió y aquí estos invitados que nos honran con estar en este conversatorio. No se puede hacer academia si no se conoce la historia de lo que fueron las luchas juveniles de esta ciudad”, resaltó Eliana Vanegas Zapata, directora de Bienestar Institucional del TdeA.
Guisao Varela dio apertura a la conversación describiendo un panorama del Medellín de hace 30 años, una ciudad profundamente dividida, con una gran desigualdad en acceso e infraestructura educativa, deportiva y de salud, especialmente en sectores vulnerables como la zona nororiental. Muchos jóvenes fueron reclutados por actores armados, aumentando los índices de drogadicción, sicariato y homicidios. Ante esta crisis, se creó una Consejería Presidencial, dando origen a la Oficina de Juventud. Por primera vez, líderes juveniles de las 16 comunas y cinco corregimientos se reunieron en un espacio de diálogo impulsado por el gobierno, dando inicio a nuevas iniciativas de participación juvenil en la ciudad.
Gil Barrera destacó la resistencia juvenil ante la violencia y la muerte, materializada en propuestas sociales. En los años 90, la juventud de Medellín resistió activamente la violencia generada por el narcotráfico, organizando movilizaciones en las comunas como alternativas al conflicto. Su participación fue respaldada por ONGs como Corporación Región, Paisa Joven y Surgir, que impulsaron debates e investigaciones sobre juventud. La visibilización en medios de comunicación fue clave, con programas como Arriba Mi Barrio y Muchachos a lo Bien, además del apoyo de la prensa y canales comunitarios, que contaban cómo los jóvenes proponían la paz. Esta movilización sentó las bases para las libertades en el día hoy.
Adriana Benjumea recordó que hace 30 años, el mundo avanzaba en los derechos de la mujer y Naciones Unidas declaraba el Año de la Juventud. En Medellín resistía la violencia del narcotráfico, “era también una lucha por estar vivos, por estar vivas”, dijo. Sin redes sociales, las movilizaciones en las calles eran la principal forma de lucha, respaldadas por organizaciones como la Red Juvenil de Medellín. Aunque los movimientos sociales existían, no había una agenda de género o feminista consolidada, y la lucha principal era por la supervivencia y la dignidad en una sociedad que ofrecía pocas oportunidades. Así que nació el CMJ para activar esta conversación. A lo largo de estas tres décadas, la lucha ha evolucionado hacia la búsqueda de una educación de calidad, inclusiva y equitativa, reflejando los avances y retos en los derechos de los jóvenes y las mujeres en la ciudad.
El panel en pleno estuvo de acuerdo en que, pese a que hay asuntos por resolver, son más los retos que se han superado, gracias a una juventud activa en temas de participación social y política. “Me siento muy orgulloso, porque yo estoy viendo que hoy nosotros como jóvenes en Medellín podemos tener muchísimas oportunidades gracias a que tuvimos estos valientes, estos jóvenes que a pesar de tanta violencia decidieron alzar la voz”, acotó Jaramillo Vélez, quien abrió paso al tema de juventud en la actualidad.
El debate se nutrió con puntos de vista divergentes acerca del presente de la juventud, unos más optimistas y otros confesos pesimistas, los panelistas hablaron en este evento sobre esos retos añejos como la violencia, la inclusión y la cobertura estudiantil, aclarando por supuesto que nunca se acerca a la situación de hace tres décadas.
Jaramillo Vélez indicó que el tema ahora es la salud mental, pero cerró con optimismo el conversatorio. “Soy un hombre optimista, ¿saben? Yo veo a Medellín con mucho por resolver todavía, pero yo veo una Medellín incluyente, que cada vez tiene mayor tejido empresarial, cada vez tiene mayores oportunidades para los jóvenes de estratos 1, 2 y 3”, definió a la juventud actual como una generación consciente, global y adaptable, que debe seguir haciendo lo mejor desde la sociedad civil, la academia y contando con la institucionalidad.