Carne es un documental animado que expone los testimonios de cinco mujeres con respecto a sus experiencias en momentos concretos de la vida. Su directora Camila Kater estuvo en el Tecnológico de Antioquia y conversó con el público, como abrebocas a las actividades por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en el marco del programa Pluridiversos y la campaña “Sin etiquetas”.
En un cortometraje de 12 minutos, cinco mujeres brasileñas comparten vivencias, sentimientos y emociones, al ofrecer perspectivas únicas sobre la experiencia de ser mujer en diversas etapas de la vida. Al otro lado de la cámara, quien ideó, orientó la investigación y dirigió el cortometraje, está otra mujer: la brasileña Camila Kater, reconocida por hacer del cortometraje documental una crítica social y por darle perspectiva de género a sus filmes.
Carne fue el documental que la catapultó a la fama mundial, al acumular innumerables nominaciones y premios. Este filme destacó las historias de mujeres utilizando una metáfora ingeniosa al compararlas con el proceso de cocción de la carne: desde la crudeza de la infancia, pasando por la sazón de la juventud y la madurez, hasta llegar a la plenitud de la mujer cuando llega a la tercera edad. Ninguna de ellas sale en cámara pues la forma elegida para narrar las historias es a través de diferentes técnicas de animación.
No es gratuito que las mujeres se sientan como un pedazo de carne lista para su consumo, dependiendo de su edad de maduración: mientras más joven, más jugosa. Es una realidad cruda pero que se siente en el testimonio de las cinco mujeres. Tanto Camila como Samuel Mariani, su colega en los proyectos cinematográficos, se decidieron por la animación para no exponer a las mujeres directamente a la cámara, aunque la mayoría de ellas es conocida en Brasil. Además, porque era más fácil darles continuidad a las historias en el proceso de edición.
“Hay un estigma hacia la animación porque se piensa que está hecho para los niños, pero es más que eso. La animación es el arte de lo imposible, es un lenguaje”, dice Camila, y Samuel complementa al explicar que hoy todo el cine es animación “porque al momento de la edición se requiere para pulir la unidad mínima de la fotografía”.
La animación permitió pintar la pubertad con acuarelas, hacer ver esa época de las mujeres como fluida, casi líquida, mientras que se utilizó la arcilla para representar el climaterio, pues ambos son secos o, por decirlo de otro modo, sin vida. Como elemento para destacar está la experiencia de una mujer trans negra a la que, además de las complejidades de ser mujer, se suman otras problemáticas como aquellas que quieren encasillarla en ciertos esquemas sociales, por su color de piel, o en contextos de género y agresiones verbales.
La investigación para el cortometraje incluyó las experiencias de Camila y de otras mujeres de su familia, en las que situaciones de acoso normalizado son comunes denominadores en las vidas de todas ellas.
Apoyo y financiación
Para Camila el cortometraje es un formato rico en su capacidad de contar historias en poco tiempo al que le falta mucho apoyo y financiación. Carne tuvo la suerte de ser coproducido por Abano, de España, y Doctela, de Brasil, y su proyección de estreno estuvo acompañada por una de las películas de Cláudio Assis, un famoso director brasileño. Además, fue adquirido por el NY Times, en el que puede ser visto en su plataforma de documentales
Pero la mayoría de los cortos no corren con la misma suerte y ni siquiera cuentan con un proceso de reproducción como lo tienen las películas. “La película está hecha para ser vista, el corto también debe pasearse por el mundo”, dice Camila. Aunque en países como Colombia hay una norma que determina que los cortos deben ir al inicio de la proyección, el público no les presta mucha atención.
Precisamente por su amor al cortometraje documental, Camila y Samuel ahora trabajan en un proyecto sobre la educación en los colegios católicos, gracias a la financiación estatal.
Reacciones
“Hay una presión de la sociedad por mantener una cierta imagen de acuerdo con lo que se entiende por ser mujer, tenemos que adaptarnos a ello necesariamente”.
Darlyn Pérez, estudiante de Negocios Internacionales del TdeA
“Este cortometraje tiene un realismo impresionante, creemos que es una experiencia única y personal, pero todas hemos pasado por eso, es bueno identificar esas etapas y darles el peso que cada una requiere”.
Luisa Fernanda Teherán, estudiante de Negocios Internacionales del TdeA
“Tengo la empatía suficiente para comprender la importancia del mensaje del cortometraje, de replicar estos temas y de generar nuevos canales que permitan empezar a reconocer la paridad entre mujeres y hombres”.
Sebastián Salazar, estudiante de Trabajo Social del Tecnológico de Antioquia
Women Express their Fears in their Own "Flesh"
“Carne” is an animated documentary that showcases the testimonies of five women regarding their experiences at specific moments in life. Director Camila Kater was at the Tecnológico de Antioquia and spoke with the public, as an opener to the activities for the commemoration of International Women's Day, within the framework of the “Pluridiversos” (Pluridiverse) program and the “Sin Etiquetas” (Without labels) campaign.
In a 12-minute short film, five Brazilian women share experiences, feelings, and emotions, offering unique perspectives on the experience of being a woman at various stages of life. On the other side of the camera, who devised, guided the research, and directed the short film, is another woman: the Brazilian Camila Kater, recognized for making the documentary short film a social critique and for giving a gender perspective to her films.
Carne was the documentary that catapulted her to worldwide fame, accumulating countless nominations and awards. This film highlighted the stories of women using a witty metaphor by comparing them to the process of cooking meat: from the rawness of childhood, through the seasoning of youth and maturity, to the fullness of women when they reach old age. None of them appear on camera because the way chosen to narrate the stories is through different animation techniques.
It's no coincidence that women feel like a piece of meat ready to eat, depending on their age of maturation: the younger, the juicier. It is a harsh reality but one that is felt in the testimony of the five women. Both Camila and Samuel Mariani, her colleague in film projects, decided on animation so as not to expose women directly to the camera, although most of them are well-known in Brazil. Also, because it was easier to give continuity to the stories in the editing process.
"There's a stigma towards animation because it's thought it's made for kids, but it's more than that. Animation is the art of the impossible, it's a language," says Camila, and Samuel complements by explaining that today all cinema is animation "because at the time of editing it is required to polish the minimum unit of photography."
Animation made it possible to paint puberty with watercolours, to make the period of women look fluid, almost liquid, while clay was used to represent the climacteric, as both are dry or, to put it another way, lifeless. As an element to highlight is the experience of a black trans woman to whom, in addition to the complexities of being a woman, there are other problems such as those who want to pigeonhole her in certain social schemes, because of her skin color, or in gender contexts and verbal aggressions.
The research for the short film included the experiences of Camila and other women in her family, in which situations of normalized harassment are common denominators in the lives of all of them.
Support & Funding
For Camila, the short film is a format rich in its ability to tell stories in a short time that lacks a lot of support and funding. Carne was fortunate enough to be co-produced by Spain's Abano and Brazil's Doctela, and its premiere screening was accompanied by one of the films by Cláudio Assis, a famous Brazilian director. In addition, it was acquired by the NY Times, where it can be seen on its documentary platform.
But most shorts don't have the same luck and don't even have a reproduction process like movies do. "The film is made to be seen, the short film should also be walked around the world," says Camila. Although in countries like Colombia there is a rule that determines that short films must go at the beginning of the screening, the public does not pay much attention to them.
Precisely because of their love of short documentaries, Camila and Samuel are now working on a project on education in Catholic schools, thanks to state funding.
Reactions
"There is pressure from society to maintain a certain image according to what is meant by being a woman, we have to adapt to it necessarily."
Darlyn Pérez, TdeA International Business student
"This short film has an impressive realism, we think it's a unique and personal experience, but we've all been through it, it's good to identify those stages and give them the weight that each one requires."
Luisa Fernanda Teherán, International Business student at TdeA
"I have enough empathy to understand the importance of the short film's message, to replicate these themes and to generate new channels that allow us to begin to recognize parity between women and men."
Sebastián Salazar, Social Work student at Tecnológico de Antioquia