Durante tres días consecutivos, estudiantes de diferentes programas obtuvieron sus respectivos títulos en emotivas y sentidas ceremonias de grados que exaltan y le dan valor al papel misional de la Institución en la sociedad. Se trata de 1.047 profesionales, quienes transmite con orgullo sus conocimientos en sus correspondientes áreas, todos revestidos con la esencia TdeA.
En 2023, la agenda de eventos del Institución Universitaria Tecnológico de Antioquia estará colmada de instantes y actos que de seguro serán inolvidables, todos agrupados dentro de la celebración de los 40 años de la entidad.
Uno de esos momentos icónicos para la Institución tuvo lugar los entre los días 1, 2 y 3 de marzo con motivo de las ceremonias de grados de los programas adscritos a las cuatro facultades de Educación y Ciencias Sociales, Ciencias Administrativas y Económicas, Derecho e Ciencias Forenses e Ingeniería.
La culminación de todo proceso académico marca el final de un ciclo, pero a la vez es el inicio de otros rumbos y nuevas oportunidades. Un acto de graduación es de esos momentos que se llevan por siempre en la memoria. Es un instante que convoca a la celebración, al festejo con todos aquellos que hicieron posible la consecución de ese logro.
En una de sus intervenciones el rector del TdeA, Leonardo García Botero, dedicó unas palabras para exaltar el mérito de los 1.047 graduandos que desde esas fechas llevan consigo la impronta profesional y formativa de la institución.
“Hoy, es un buen día para practicar la gratitud. De allí que agradezco a ustedes y a sus familias por haber confiado en el TdeA, por elegirnos para realizar sus estudios superiores, por confiarnos su materialización del proyecto de vida”, señaló el directivo, que, con la satisfacción de deber cumplido, antes de la entrega de diplomas toma el juramento a los graduandos y los proclama como nuevos egresados.
Visiblemente emocionado, el rector les recordó a los universitarios que todos los proyectos extraordinarios nacieron de grandes sueños, muchos de los cuales implicaron también situaciones difíciles. Indicó, que pese a las vicisitudes solo sobreviven y se transforman en historias de triunfo, aquellos que persisten, se esfuerzan y dedican tiempo a la consecución de sus sueños.
“Ahora ustedes, recuerden también agradecer a todos aquellos que de alguna forma estuvieron o se hicieron presentes en la grandeza de lo que han conseguido. Hagan del agradecimiento un hábito, porque agradecer, es un ejercicio de abundancia”, acotó el rector visiblemente emocionado.
¡Qué orgullo tan grande!
En esa lista de honor, aparecían los nombres de María Fernanda Posada Palacio y Salomé Suárez Montoya, quienes culminaban su fase como estudiantes de Tecnología Agroambiental.
Las constantes jornadas académicas las llevó a ser amigas inseparables, tanto así que para la anhelada ceremonia de grados arreglaron los detalles para que todo coincidiera entorno a ellas. Estaban felices, y no era para menos.
“Realmente es una experiencia enriquecedora con dificultades, obvio, pero también hemos aprendido a resolver esos inconvenientes, siempre con el apoyo de los profesores. Quedan retos pendientes como terminar la ingeniería, conseguir un buen empleo y más tarde hacer una maestría”, comentó Salomé.
Entre tanto su entusiasmada amiga enfatizó en la importancia de culminar sus estudios y el significado que para ella conlleva llevar el sello del Tecnológico, “Todo lo ambiental es fundamental, es vital buscar una universidad que esté acreditada y el TdeA ha sido muy competitivo. En muchas de las empresas se fijan mucho de donde salimos y es un honor ser egresada del TdeA”, dijo.
Por su parte, la historia de Santiago Palacios Urrutia está impregnada de Pacífico colombiano. Sus padres son oriundos de Nauca, una pequeña población ubicada en el Alto Baudó, departamento del Chocó.
Y aunque Santiago, al igual que sus nueve hermanos, nació en Medellín lleva con orgullo en su sangre la esencia del pueblo chocoano. Para él este título, además de las oportunidades que, de seguro tendrá, implica una conquista de familia. Por eso no dudó en dedicarle su pergamino a sus progenitores.
Ahí, junto a él estaban sus padres quienes por primera vez acudían a las instalaciones del TdeA. Su papá, Isacio Palacios, con la voz entrecortada elogió el logro de su hijo e hizo un recuento de los sacrificios, madrugadas y esfuerzos requeridos para que Santiago fuera profesional. Y sin dejar atrás sus orígenes afros expresó: “Antioquia es una oportunidad abierta al mundo, pero estas raíces negras y valientes que llevamos en nuestras venas son las mejores. Estoy feliz y espero que mis otros hijos también puedan estudiar acá”. Su esposa, entre lágrimas, secundaba las palabras de Isacio.
Muy cerca de ellos, también con toga y traje de grados, estaba Jeison Quintero Álvarez. Sentado junto a sus padres en una de las bancas de los jardines de la bella institución, que lo acogió en sus aulas, se preparaba para asistir al culmen de sus estudios en Sistemas.
Visiblemente radiante y con expresiones de júbilo, su mamá sintetizó en unas pocas palabras el significado de tan emotivo momento: “Me siento super orgullosa que en medio de tantas dificultades él no nos defraudó. Este es el fruto que recogemos de tanto esfuerzo, tanto de él como de nosotros”.
A lo que su padre, a manera de consejo de oro, complementó. “Estoy muy feliz, es una meta que yo anhelaba para él. Yo le digo que ahora debe seguir estudiando y ser un ingeniero. Hubo momentos complejos, pero siempre le dije que estudiara, lo que yo nunca pude hacer. Estaba seguro de que tanto esfuerzo valdría la pena”, fueron sus palabras, mientras Jeisson, notoriamente feliz, los abrazaba.
Estamos seguros de que la educación que han recibido: pluralista e inclusiva, los hace competentes profesionalmente, capaces, con un deseo de justicia social y abiertos a los desafíos y los llamados de nuestro tiempo. Por ello, en el marco de las sentidas ceremonias hubo un espacio para reconocer los logros con un mensaje que salió del corazón de cada familia: ¡Qué orgullo tan grande!
En uno de los discursos de graduación, Daniel Bedoya Villa, profesional en Licenciatura en Lengua Castellana, recordó una frase concluyente de Paulo Freire, pedagogo y filósofo brasileño, “La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.
También en su mensaje recordó el valor y mérito de esta promoción de graduandos, valientes y decididos estudiantes que desafiaron los retos derivados de la pandemia del covid-19 y demás medidas de la emergencia sanitaria, un extenso periodo en donde la virtualidad académica tomó forma y se institucionalizó.
En su turno de hablar en representación de los egresados del programa de Negocios Internacionales, José Daniel Ochoa Castañeda, también hizo alusión a este pasaje de la humanidad que fracturó la dinámica de las sociedades.
“Fueron muchos momentos en los que nos sentimos desfallecer, y más cuando nuestra generación debió enfrentar una pandemia donde todo lo que conocimos alguna vez como normalidad, empezaba a cambiar”, recordó.
Y, así, en seis momentos memorables, el escenario institucional se llenó de 1.042 emotivas historias, cada una digna de contar y mencionar, más de mil egresados que por siempre llevarán el legado del Tecnológico de Antioquia, tal y como desde la rectoría se les compartió en sus respectivas ceremonias:
“Ustedes, apreciados graduandos, que son una generación retada, que se ha conectado con el futuro y sus realidades, disfruten la experiencia de continuar, recuerden que la formación se extiende por toda la vida y que las banderas que reciben hoy las deben llevar con orgullo y dignidad, poniendo en alto el nombre de esta, la que siempre será su Institución”.
A lo que a renglón seguido, concluía con un breve pero esencial mensaje redactado a puño y letra por el rector: “Siéntanse orgullosos por este título que obtienen, por egresar de una casa de estudios con 40 años de labores académicas, entregando a la sociedad nuevos profesionales con el sello de calidad TdeA”.
More than a Thousand Dedication Stories
Students from various disciplines received their degrees over three days in dramatic and genuine graduation ceremonies that extol and honor the Institution's missionary role in society. There are 1,047 professionals, all clad in the TdeA essence, who gladly convey their expertise in their various fields.
The schedule of activities at the Institución Universitaria Tecnológico de Antioquia in 2023 will be full with outstanding moments and events, all grouped together to commemorate the institution's 40th anniversary.
One of these landmark events for the Institute occurred on March 1, 2, and 3 when the programs affiliated with the four colleges of Education and Social Sciences, Administrative and Economic Sciences, Law and Forensic Sciences, and Engineering graduated.
The completion of any academic process signifies the end of a cycle, but it also represents the beginning of new directions and chances. A graduation ceremony is one of those unforgettable experiences. It is an occasion for celebration, a celebration with all those who contributed to this accomplishment.
The President of TdeA, Leonardo García Botero, spent a few words in one of his remarks to extol the merits of the 1,047 alumni who have carried the professional and formative stamp of the institution with them since these dates.
"This is a wonderful day to be grateful. As a result, I want to thank you and your families for putting your trust in TdeA, for selecting us to carry out your higher education studies, and for entrusting us with the realization of your life project," said the president, who, satisfied that he had done his job, swore the oath to the graduates and proclaimed them as new graduates before handing out the diplomas.
The President, visibly moved, reminded the university students that all outstanding undertakings arose from big aspirations, many of which entailed tough conditions. He stated that despite the vicissitudes, only those who persevere, make an effort, and devote time to achieving their ambitions survive and become triumphant tales.
"Finally, remember to thank everyone who was a part of the excellence that you have achieved. Make thankfulness a habit, since gratitude is an exercise that requires to be repeated" The president was obviously affected, he remarked.
What a pride!
María Fernanda Posada Palacio and Salomé Suárez Montoya, who finished their phase as Agro-environmental Technology students, were named as part of the honor list.
Because of the continual academic workdays, they became inseparable friends, so much so that they planned the specifics for the long-awaited graduation celebration so that everything coincided around them. They were overjoyed, and with good cause.
"It has been an enriching experience with problems, of course, but we have also learnt to deal with such inconveniences with the help of the professors. There are still obstacles to overcome, such as finishing engineering, finding a solid job, and subsequently earning a master's degree "Salomé said.
However, her excited companion underlined the necessity of finishing her education and holding the Tecnológico label for her "Anything environmental is critical; it is critical to seek for an approved university, and TdeA has been highly competitive. Many firms pay great attention to where we came from, and it is a pleasure to be a TdeA graduate," she stated.
The Colombian Pacific Ocean is crucial to Santiago Palacios Urrutia's story. His parents are from Nauca, a tiny hamlet in the Chocó department of Alto Baudó.
Santiago, like his nine siblings, was born in Medellín, yet he proudly bears the essence of the Chocó people in his blood. This title symbolizes a familial conquest for him, in addition to the prospects that he will undoubtedly have. That's why he didn't think twice before dedicating his diploma to his parents.
Next to him were his parents, who were visiting TdeA for the first time. With his voice cracking, his father, Isacio Palacios, commended his son's accomplishment and described the sacrifices, early mornings, and efforts necessary for Santiago to become a professional. Yet, without abandoning his afro roots, he stated: "Antioquia is a world-class opportunity, but the black and bold roots that run through our blood are the greatest. I am overjoyed, and I hope that my other children will be able to study here as well." In tears, his wife echoed Isacio's sentiments.
Jeison Quintero Álvarez stood nearby, likewise dressed in his gown and graduation suit. He was prepared to attend the conclusion of his studies in IT while sitting with his parents on one of the seats in the grounds of the lovely institution that welcomed him in its classrooms.
His mother, glowing and beaming, summed up the significance of such an emotional event in a few words: "I am really glad that he did not let us down in the face of such adversity. This is the result of both his and our efforts."
Which his father supplemented with sound advise. "I am overjoyed since it is a long-awaited ambition for him. I inform him that he must now continue his studies to become an engineer. There were difficult times, but I constantly advised him to study, which I could never accomplish. I was confident that all of my efforts would be worthwhile ", he said as Jeisson, who is notoriously joyful, hugged them.
We are certain that the education they have received, which is pluralistic and inclusive, has equipped them with professional competence, capability, a desire for social justice, and an openness to the problems and needs of our day. As a result, there was a space in the ceremonies to celebrate the achievements with a message that came from the heart of every family: What a magnificent pride!
Daniel Bedoya Villa, a professional in Bachelor of Arts in Spanish Language, remembered a final remark of Paulo Freire, a Brazilian pedagogue and philosopher, in one of the graduation speeches: "Education does not change the world: it transforms the people who will change the world."
In his address, he also highlighted the importance and quality of this graduating class, courageous and dedicated students who resisted the hurdles posed by the Covid-19 epidemic and other health emergency measures, a lengthy time during which academic virtuality took shape and became established.
José Daniel Ochoa Castaeda, speaking on behalf of the graduates of the International Business program, pointed to this passage of mankind that fragmented the dynamics of communities.
"There were many instances when we felt weak," he remembered, "particularly when our age had to face a pandemic when everything we previously knew as normalcy began to alter."
As a result, in six remarkable moments, the institutional stage was filled with 1,042 emotional stories, each one worth recounting and noting, and over a thousand graduates who will forever carry the history of Tecnológico de Antioquia, as the President shared with them in their various ceremonies:
"You, dear graduates, who are a challenged generation, who have connected with the future and its realities, enjoy the experience of continuing, remember that education lasts a lifetime, and that the flags you receive today should be carried with pride and dignity, putting the name of this, what will always be your Institution, on high."
He then closed with the Presidet’s brief but important message: "Be proud of this degree you are earning, for graduating from a house of studies with 40 years of academic activity, bringing to society new professionals with the TdeA stamp of excellence."