Al ritmo de clarinetes, redoblantes, orugas bailarinas y caritas felices, terminó una semana llena de actividades lúdico recreativas para 30 niños y niñas entre los 6 y los 12 años de edad, hijos de empleados, egresados del TdeA y comunidad en general, quienes estuvieron del 24 al 28 de junio en varios espacios del claustro universitario, divirtiéndose alrededor de juegos tradicionales, pinturas, deportes, entre otros.
Las actividades programadas tenían como finalidad, que descubrieran a través de ellas, nuevos conocimientos que sumaran valor a su propósito académico y para la vida; a título de ejemplo, se dispuso de una lupa con la que descubrirían en una carrera de observación ecológica, diferentes insectos y flora que habitan la institución, así como el recorrido por espacios en los que trabajan sus padres o familiares y en general el funcionamiento en el campus universitario; también se les enseñó a jugar con canicas, trompos, y juegos como la lleva o chucha cogida, como suele llamársele en nuestra región, esto con el propósito de motivarlos a tomar estos juegos con los que muchos crecimos, como actividades que pueden resultar más placenteras, divertidas y generadoras de relaciones entre pares. También hubo espacio para los juegos interactivos, pero se le dio mayor protagonismo a las actividades en los que primaran la interacción social a través del juego físico.
Todo lo anterior, se logró gracias a la articulación efectiva entre las Direcciones de Extensión Académica y Bienestar Universitaria.
Finalizada la jornada se levantó un diagnóstico que permitirá retroalimentar el programa y realizar los ajustes del diseño para próximas jornadas, todo en beneficio de los niños y niñas, que ya hacen parte del TDEA.