Las investigaciones y la recopilación de casos exitosos que evidencian el poder de la resiliencia fue el tema sobre el que giró la conversación propuesta para 2024 por el III Congreso Internacional de Estudios Sociales, realizado los días 24 y 25 de octubre por el TdeA, en el auditorio Gilberto Echeverri Mejía de la sede de Robledo en Medellín.

“Este año abarcó un tema muy importante, que tiene que ver con la resiliencia en contextos complejos. Para el TdeA es de gran importancia porque estamos en un país completamente resiliente, que se ha tenido que reinventar, sacar fuerzas, son las personas que lo componen las que hacen que sea completamente diferente y pujante. Antioquia también lo es, también somos resilientes, también luchamos y nos enfrentamos a situaciones adversas diariamente y se nos reconoce como un departamento pujante. El TdeA es una institución resiliente, nos da la oportunidad de reinventarnos, de enfrentarnos a nuevos desafíos. Muestra de ello, es que pasamos de tener 14 mil a 17 mil estudiantes porque se abrió a los municipios que están necesitando de la educación”, así dio la bienvenida Carolina González Salazar, directora de Internacionalización del TdeA Institución Universitaria.

Se presentaron 16 ponencias de siete países, a cargo de los estudiantes del Doctorado en Estudios Sociales, organizador del encuentro, que reflejan las miradas de la resiliencia en tres líneas temáticas: contextos autónomos y regionales, contextos urbanos y la resiliencia juridicoeducativa.

Los estudiantes socializaron a la comunidad académica temas como participación comunitaria para la reparación por parte de la Unidad de Víctimas, acceso a la justicia y democratización del saber jurídico, mediación de la comunidad internacional en los procesos de paz en Colombia, resiliencia en contextos de precariedad social y política en el caso de Barbacoas del Centro de Medellín, narrativas juveniles para la construcción de la paz y la ciudadanía en el Cauca, resiliencia socioecológica, entre otros temas que dieron un nutrido panorama de las posibilidades que la resiliencia puede ofrecer con experiencias reales en Colombia.

Se dio apertura a cada línea con tres conferencias sobre recuperación social de las comunidades ancestrales, la resiliencia entendida desde la física y el cuidado individual y colectivo de los cuidadores ante el embate de fenómenos naturales.

“Estamos acá en el recinto del TdeA con el propósito de hacer una exposición sobre la resiliencia indígena. He traído la exposición con el tema de planes de vida y educación propia del pueblo Cofán en el departamento del Putumayo. Planes de vida como un desafío, como una nueva alternativa y como una política pública de los pueblos indígenas con pensamiento indígena, de esa manera nosotros nos reivindicamos como pueblo y estamos diciendo al Estado o a las instituciones del Gobierno: estamos presentes. De igual manera, como una nueva estrategia, la educación propia con un modelo educativo integrado e intercultural con el ánimo de fortalecer nuestras lenguas, cultura, costumbres, perdidos por el mismo programa oficial de educación y otros programas que llegan a nuestro territorio. De esta manera los pueblos originarios estamos diciendo que estamos presentes”, así resumió su intervención sobre la importancia de una educación que promueva la identidad y cultura del pueblo Cofán, Víctor Quenama Queta, exgobernador del cabildo, magíster en educación y director ejecutivo de la Asociación de Autoridades Tradicionales, quien además habló sobre el yajé como bebida sagrada y de conexión con los ancestros, aspecto clave en este proceso de resiliencia cultural.

Jenice Vásquez Pagan, doctora en Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, socializó la buena práctica impulsada en el archipiélago. “Compartimos nuestra experiencia sobre el tema Quién cuida a quiénes cuidan en contextos de complejidad, sobre todo con las consecuencias en nuestro país después del paso de los huracanes, terremotos y pandemia”, indicó la experta, quien expuso la problemática a la que se enfrentaron los trabajadores sociales con los embates continuos de la naturaleza, atendiendo sin ser atendidos y detonando traumas secundarios y agotamiento y estrés excesivo. Cuidarnos fue el resultado de este proceso reflexivo ante los tiempos de incertidumbre, con una intervención terapéutica desde el trabajo social y el arte para sacar las memorias de dolor trabajando desde el cuidado individual, familiar, colectivo y desde las estructuras estatales.

Con una cuarta conferencia se cerró el evento, espacio que mostró cómo la música es un instrumento de reconciliación, con el caso puntual salido de la Orquesta Filarmónica de Medellín que trabaja con personas excombatientes y reinsertadas a la vida civil.

“El Congreso es un espacio de discusión sobre cómo la resiliencia está en todos los sectores. Hablamos sobre el cómo recuperarse de los problemas, de volver a arrancar, está inmerso en el contexto sociales, físicos, empresariales, ambientales. Quisimos muchas ópticas en este evento”, explicó el profesor Dago Hernando Bedoya, docente de la Facultad de Ingeniería, estudiante del doctorado y parte de la organización del evento.

El objetivo primario del encuentro visibilizar los trabajos investigativos de los estudiantes y conferencistas. Pero el fin último tiene un trasfondo mayor, así lo explicó Agustín Rodolfo Gutiérrez, docente de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas, estudiante del doctorado y parte de la organización del evento: “Lo esencial es que la gente se sensibilice, podemos hacer algo, está en nuestras manos poner el grano de arena desde lo cotidiano para transformar los contextos. Sobre todo, la intencionalidad teórica del Congreso es devolverle a la gente la esperanza, que crean que sí es posible, a través de ejemplos concretos”.

En estas tres ediciones se ha logrado una evolución, publicación en la Revista Especializada Senderos, aumentaron los ponentes, se tiene ahora presencial a los conferencistas, más de 500 personas inscritas tanto en el campus como en la virtualidad en esta edición.