En la historia del Tecnológico de Antioquia (TdeA), llegó a los 41 años de vida académica, hay un nombre que resuena con fuerza cuando se mencionan a aquellas personas que son referentes y que dejan una marca imborrable. La figura de Olga Nelly Espinosa Ocampo, psicóloga de alma y corazón, se erige como un pilar fundamental en la formación integral de profesionales.
En los pasillos del TdeA, el nombre de Olga Nelly resuena con admiración y cariño. Su hija Camila Blanco Espinosa, privilegiada de su legado, la describe como una mujer excepcional, dedicada por completo a su familia. Rechazó la oferta de liderar la Dirección de Bienestar Institucional para priorizar tiempo de calidad con su familia, especialmente con Camila, que aún era una niña. Fue una madre ejemplar, paciente y respetuosa, cuyos valores trascendieron más allá de la profesión que abrazó.
La Psicología no solo fue la carrera que marcó la trayectoria de Olga Nelly, sino también la filosofía de vida que implementó en su hogar. Camila recuerda que, incluso en los momentos de reprimenda, su madre optaba por la empatía y la comunicación asertiva. La escucha activa, la serenidad y la comprensión eran las herramientas que le permitían ser no solo una psicóloga excepcional sino, ante todo, una madre inigualable.
Su carrera comenzó en el Instituto Nacional para Ciegos, donde sentó las bases de su vocación. Con el tiempo, su camino la llevó al Centro de Estudios de Formación Avanzada (CEFA), que posteriormente se transformaría en el Tecnológico de Antioquia. Ganó un concurso para ocupar un puesto vital en la institución, en la que dejó una huella imborrable por más de dos décadas. Dese diversos espacios acompañó a miles de estudiantes y promovió hábitos de vida saludables, especialmente de salud mental y creó programas con el área de salud como “Si te quieres te cuidas”.
Olga Nelly creía fervientemente en la importancia de la práctica en la formación académica. Por ello, el programa de Psicología implementó en su momento tres prácticas porque el conocimiento debía trascender la teoría y materializarse en experiencias en la vida real.
Más allá de su dedicación al TdeA, Olga Nelly encontraba tiempo para sus pasiones. La literatura era su refugio en los momentos de ocio, pero lo que más amaba era reunir a la familia para viajar. Cualquier excusa era suficiente para estar todos juntos, valorando el tiempo de calidad por encima de todo.
Aunque físicamente ya no está presente, el legado de Olga Nelly Espinosa Ocampo perdura en las aulas, corredores y cafeterías del TdeA. Su influencia académica y humana sigue viva, manifestándose en el cariño de quienes la conocieron. Los compañeros de Bienestar, Vanesa, el medico Sergio y la vieja guardia del TdeA. En las redes sociales, su presencia se mantiene a través de recuerdos compartidos y fotografías que capturan la esencia de una psicóloga excepcional, una madre amorosa y una mujer dedicada a dejar un impacto positivo en el mundo académico que la rodeaba.
Desde el TdeA recordamos con cariño y orgullo el legado de la psicóloga Olga Nelly Espinosa Ocampo y enviamos un saludo a toda su familia, en especial a su esposo Segundo Manuel Blanco Palencia y a su hija Camila Blanco Espinosa, psicóloga que apoya hoy los procesos de bienestar en nuestro TdeA.