¡Qué alegría tan grande!  Grados TdeA de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas

Las primeras palabras que se vienen a la cabeza cuando se escucha hablar a Yuly es “perseverancia y fortaleza mental”, la mamá está de acuerdo. De hecho, Luz Fanny recuerda que cuando era niña, en Concordia, aprendió a leer, escribir y hacer las primeras operaciones matemáticas sin estar escolarizada. Aun no tenía edad para entrar a las aulas, pero eran tantas las ganas de estudiar que buscaba espacio al lado de su hermana mayor para verla hacer tareas y así fue cómo aprendió. Cuando comenzó primer grado en la escuela, la profesora dijo que no tenía nada qué enseñarle, que Yuly ya estaba lista para el segundo grado. Con esta historia expresa su orgullo esta mamá, que tiene que empujarse las lágrimas mientras relata la historia: “Siempre ha sido así”, buscadora de sueños.

Cumplió uno muy grande, el 24 de septiembre a las 10:00 de la mañana en el Teatro Metropolitano, donde su ahora alma mater le otorgó el título como contadora pública. Esta fue la primera de las tres ceremonias planeadas por el TdeA Institución Universitaria para graduar a la cohorte 2024-II. Llegó temprano a la cita Yuly Andrea Palacio Correa con mamá, papá e hija. “Lo mejor que me pudieron dar fue el ejemplo, son muy fuertes, nunca decayeron, criaron a cinco hijos y se vinieron de Concordia a Medellín por nosotros. Es una satisfacción ver que ellos, que me apoyaron tanto y me hicieron tanta fuerza, están acá. También lo es el ser un ejemplo para mi hija, que ahora está haciendo su carrera de fisioterapia, y que vea que sí se puede”, puntualizó que es un triunfo para todos, para el papá que estuvo tan pendiente, para esa mamá que cuidó de su nieta, para su hija que esperaba despierta a que llegara de estudiar para contarle cómo le había ido en el día, para el novio que siempre creyó en ella.

Contó que una beca deportiva, por una vida dedicada al karate, la llevó a estudiar derecho a una universidad de la ciudad, aunque al año se dio cuenta que no era lo que la hacía feliz, entonces terminó sus estudios. Pero si ese periodo de estudio fue difícil, no quería acostumbrarse a una carrera que no sentía tan en el alma. Así como el conocimiento en sus primeros años llegó con su curiosidad por los números, algo le decía que el camino correcto era por ahí mismo. 

Cursó contaduría pública en el TdeA mientras era mamá y trabajaba y fue enfática: “siempre se puede, y esto es un ejemplo para las mamás solteras, que pueden salir adelante”. Es que el tema de lo improbable no la ha inquietado. Alguna vez escuchó de una profesora, en su experiencia anterior, que no se podía aspirar a trabajar en un gran banco colombiano. “En el TdeA encontré con profes que me apoyaron mucho, que me decían siempre que sí se podía”, y ahora trabaja ahí, en ese banco “improbable”. Remató diciendo: “los sueños hay que creerlos y hacerlos realidad”. 

A Yeison Montoya le fue entregado su título como Profesional en Administración Financiera a sus 34 años. Relató que intentó muchas veces estudiar en varias universidades, pero las urgencias de la vida lo alejaban del objetivo; es esposo y padre y dice que se presentaban asuntos que lo requerían. “El TdeA me abrió las puertas y tuve la oportunidad de lograr mi sueño: ser profesional. Ha sido un camino largo y difícil, con trasnocho y cansancio”, puntualizó que estudiar y trabajar no es algo sencillo pero que una universidad que le permita entrar a sus aulas de noche y ajustar sus horarios fue una gran ayuda, así como lo han sido los incentivos de Bienestar Universitario, las herramientas tecnológicas que facilita el TdeA y la ayuda de profesores y colaboradores de nuestra institución. Con este grado se proyecta en ascenso en su centro de trabajo, donde ha hecho carrera por los últimos 14 años.

Paola Andrea Ramos también compartió el tiempo de sus estudios con el trabajo, fueron años de dormir poco y esto hace que atesore aún más este diploma. “Llegar hasta este momento fue complicado por el tiempo y el sacrificio, pero lo valoro porque aprendí mucho como profesional y crecí como persona”, dice la negociadora internacional. En su lista de agradecimiento está en primer lugar su familia que siempre le ha dado ánimos y no ha dejado de creer en ella, a sus amigos de aulas que conservará y al TdeA por darle la posibilidad de ajustar horarios de día y de noche, al ritmo que le imponía la vida laboral. Ahora, los sueños están en ser empresaria, con el paso del tiempo y de las materias fue madurando la idea de su empresa en la que ahora se concentra.

Daniel Villegas Arroyave, nuevo egresado de Gestión Comercial, ve este día como el logro de una meta, la misma que lo hizo tomar las clases en los extremos del día, se le veía en las aulas a las 6:00 de la mañana y todas las noches hasta las 10:00. Cursó todo su programa trabajando y estudiando, lo cual no fue fácil pero sí posible. “Es muy bonito ver ese esfuerzo reflejado en este día tan especial”, contó Daniel que en el TdeA encontró siempre herramientas y soluciones en lo académico y agregó que en los planes está el ser empresario.

En este segundo semestre de 2024 la cohorte estuvo nutrida, fueron 934 nuevos egresados los que entregó el TdeA al mundo. En la primera ceremonia, el director de Investigación, Fabio Alberto Vargas Agudelo, fue el encargado de recibir a los graduandos, recordando que el esfuerzo fue el que los trajo hasta este momento y que la vida universitaria es un laboratorio de pruebas que reta a la duda, pero la respuesta es el diploma a recibir: “que hoy no les quede duda de su fuerza, de su capacidad y su luz”, subrayó. Enfatizó que la educación es algo que nadie les podrá arrebatar y destacó su poder en el ser humano como una mejora de sí mismos y de la vida: “estamos seguros que ustedes hoy no son los mismos, su experiencia en el TdeA los ha transformado, ha moldeado su carácter, fortaleciendo su espíritu, potenciando su mente”. Resaltó que la institución universitaria les dio herramientas para transformar el mundo desde el conocimiento, pero también la sensibilidad para elegir con consciencia el bien común: “recuerden siempre que el verdadero valor de la educación no reside en los títulos que hoy reciben, sino en la responsabilidad de usarlos para servir al mundo”, indicó el director.

En este evento, el más importante en cada semestre para nuestra institución universitaria, la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas graduó a 386 estudiantes que abandonaban la mesa principal abrazando o mostrando el diploma a sus seres queridos y amigos.

El graduado, Edgar Eduardo Ruiz Castro, fue el encargado de entregar algunas palabras al auditorio en representación de sus compañeros. “La verdadera grandeza no solo se mide por el éxito sino también por el impacto positivo que pueden generar en la sociedad. Aprovechen al máximo las oportunidades que se les presenten, no teman a los fracasos, estos les ayudarán a ser mejores cada día, cada error es una lección que los llevará más cerca de sus metas. La resiliencia que han cultivado en su formación será la mejor aliada en su camino hacia el éxito”, recordó a sus compañeros seguir creciendo en conocimiento y les pidió no olvidar lo aprendido en el TdeA, herramientas que los hacen líderes del cambio para construir comunidades colaborativas sólidas. Agradeció, en nombre de los graduados a las familias, profesores y amigos que los acompañaron en este camino.

La Facultad entregó 20 menciones de honor, como la que recibió Juan Diego Villegas Jaramillo, quien justo cuando subía las escalas del escenario para recibir su diploma, que lo acredita como contador público, no ocultó su alegría y sorpresa que hizo sonreír a quienes estaban alrededor al escuchar que tenía mención de honor por ser el graduado en su programa con el más alto promedio.

Para cerrar este espacio con todo corazón, los graduados se emocionaron con una sorpresa de su alma mater, familiares y amigos expresaron en video en el acto protocolario su orgullo por verlos cumplir un sueño, en el que todos fueron partícipes. En un segundo momento, antes de finalizar la ceremonia y después de rendir homenaje a la institución con el Himno, a la voz del TdeA los nuevos egresados levantaron su diploma y se dieron media vuelta de cara a sus familias, quienes respondieron alzando un corazón verde que decía ¡Qué alegría tan grande!

Es la misma alegría que embarga a esta institución universitaria al entregar promesas al mundo como Yuly, Yeison, Paola y Daniel, como las 938 promesas de esta cohorte.


  

Educación y Ciencias Sociales TdeA, una graduación con esencia humanística

Antes de las 6:00 de la tarde de este martes el sonido fuerte de un timbre anunció el inicio del tercer acto de graduación de la jornada. El último turno de la jornada de graduación acogió a los 269 nuevos profesionales de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales del TdeA en los programas de maestría en Educación y Estudios Sociales, Psicología, Trabajo Social y licenciaturas en Educación Infantil y Lengua Castellana.

Entre los graduandos fue notorio el grupo de los nuevos psicólogos, quienes desde ahora tienen enfocadas sus metas en un programa que deriva infinitos retos en especial en el campo de la salud mental y equilibrio emocional.

“Para mí culminar este período de formación es la entrada a todo lo que busco en la vida. Quiero hacer una especialización en Neuropsicología. Tenemos una gran tarea y responsabilidad para procurar verdaderas transformaciones sociales”, manifestó Isabel Cristina Tobón Pérez, egresada de Psicología del TdeA.

Entre tanto, Andrés Felipe Restrepo de la Hoz, compañero de carrera de ella, describió los desafíos y momentos más complejos de su tránsito por la vida universitaria.

“Desde hace cuatro tengo una pizzería por el parque de La Floresta, que ha sido mi sustento y el de mi familia. Recuerdo en post pandemia atendiendo clases virtuales y simultáneamente asando pizzas y pendiente de los envíos y los clientes. Fue todo un reto, pero me siento orgulloso de haberlo logrado”, narró emocionado Andrés Felipe.  

Y tal como lo hizo en hora de la tarde durante la ceremonia de grados de las Facultades de Derecho y Ciencias Forenses e Ingeniería, el rector de la institución, Leonardo García Botero, les transmitió a los graduandos un motivador mensaje acerca del cambio.

“Se cierra una etapa, pero no porque todo haya sido aprendido. La universidad no es un destino al que se llega, sino un camino que cambia con cada paso. Lo que se han llevado no son respuestas definitivas, sino preguntas aún más complejas, esos destellos de duda que marcarán su ruta en los días por venir. Han construido un espacio donde el error fue tan importante como el acierto, donde las ideas que no funcionaron los prepararon para las que transformarán el mundo”, describió.

La nota del directivo caló entre los nuevos profesionales, quienes destacaron el aporte institucional en su proceso formativo a lo largo de estos años. Es el caso de Laura Monsalve García, egresada de Trabajo Social, y testimonio vivo de la oportunidad que el TdeA brinda a los jóvenes en los territorios antioqueños.

“Yo soy de Liborina, Occidente del departamento. Me siento muy orgullosa porque mi paso por la institución me hizo una mujer profesional, independiente y guerrera. Pasé por muchas dificultades, pero lo logré y eso me llena de orgullo al igual que a toda mi familia. Mi siguiente meta será estudiar una especialización en Cuidados Paliativos", señaló. 


 

Sueños que trascienden fronteras en grados de Derecho y Ciencias Forenses e Ingeniería

Durante su vida universitaria en el TdeA a Luna Cartagena Marín le decían “Luna de miel en el mar”. Y es que el vínculo de esta recién egresada en Criminalística con la institución fue un verdadero romance.

Como estudiante, esta activista de la comunidad LGBTIQ+, hizo parte del equipo de tenis de mesa y desde hace algún tiempo es también la entrenadora de la selección de este deporte en la institución.

“A mí el TdeA me lo ha dado todo, mi carrera, mi novia. Es una universidad demasiado abierta, incluyente, tolerante y paciente con nosotros, que somos tan jóvenes. No podré estar en los Juegos Universitarios de este año, pero espero seguir estudiando Derecho y Psicología acá mismo”, contó la egresada.

Y es que como lo describe su madre, Francy Margarita Marín, quien se desempeña como abogada y chef en Virginia, Estado Unidos, los sueños de su hija trascienden fronteras.

“Ya estamos haciendo los trámites migratorios para que se radique allá. Ella me dice que quiere pertenecer al FBI o la CIA, su anhelo es estar en las ‘grandes ligas’ de la investigación judicial”, comentó Francy.

Junto a Luna, otros 78 estudiantes de Derecho, Criminalística y las tecnologías en Histocitotecnología e Investigación Judicial obtuvieron su título universitario en la ceremonia de grados efectuada este martes 24 de septiembre en el Teatro Metropolitano de Medellín.

Allí, en la inmensidad de este recinto, el rector de la institución, Leonardo García Botero, hizo una reflexión acerca del poder de la educación y el papel de los nuevos egresados ante las coyunturas actuales de la humanidad.

“Recuerden siempre que el verdadero valor de la educación no reside en los títulos que hoy reciben, sino en la responsabilidad de usarlos para servir al mundo. El TdeA les ha dado muchas de las herramientas que son necesarias para enfrentar los desafíos más complejos, pero también les ha dado la sensibilidad para entender que cada acción, por pequeña que sea, es un acto de cambio”, dijo el directivo.

En ese auditorio y en el mismo evento se graduaron también 201 profesionales de la Facultad de Ingeniería de las maestrías en Gestión de Tecnología de la información y Gestión del Riesgo y Medio Ambiente, especialización en Seguridad de la Información, ingenierías Ambiental y de Software, tecnologías Agroambiental, Diseño y Desarrollo Web, Gestión Agroambiental, Gestión Informática y Sistemas, así como técnico Profesional en Sistemas.

Allí, entre los nuevos graduandos de estos programas estuvo Edward Londoño Vélez, quien con total orgullo recibió su título como tecnólogo Agroambiental.

“Lo luché con las uñas. En su momento carecía de recursos, pero gracias a una beca por mi condición socioeconómica, vivo en La Aurora, San Cristóbal, logré cumplir este sueño. Ahora quiero hacer la carrera de Ingeniería Ambiental, también acá en el TdeA”, expresó.

El nuevo egresado de la institución invitó a los demás jóvenes de la ciudad y el departamento que están concluyendo su bachillerato para que no aplacen sus deseos académicos y recalcó en su historia, que a pesar de padecer una situación social compleja logró sacar adelante su título profesional.

Ahora Edward quiere alcanzar otras metas y ya se proyecta en cinco o seis años como un destacado investigador en las áreas de la sostenibilidad ambiental. “Este planeta es nuestra casa común y lo tenemos que defender de las amenazas”, concluyó.