El Área de Fomento Cultural está en crecimiento: se han tomado nuevos espacios, se han inventado nuevas maneras, y los chicos están activos y entusiasmados. Tanto es el movimiento, que Yohnni Echavarría Álvarez, líder del equipo, y Carlos Vergara Carriazo, auxiliar y docente, han cedido hasta la oficina administrativa para clases y ensayos.
Este año, esta dependencia propone nuevas proyecciones, partiendo de la premisa de que “no hay nada imposible”. Así lo expresó el líder del Área, quien destacó el apoyo de la rectoría y la Dirección de Bienestar Universitario.
La idea que los motiva es que sea un espacio de puertas abiertas. Por eso mismo, acondicionaron una antigua oficina como aula de proyección, y resultó ser la más habitada, tanto para clases como para el préstamo de instrumentos para la práctica. Es más, algunos estudiantes se reúnen en esta sala para enseñar a otros.
Gracias a un sistema sencillo de préstamo con código QR, cualquier estudiante puede acceder a guitarras, saxofones, violines, vestuario de danza o teatro, entre otros elementos. El resultado ha sido una apropiación orgánica del espacio: jóvenes que ensayan, que enseñan a otros, que se encuentran y se reconocen como comunidad en torno al arte.
Los espacios se convirtieron en un lugar de encuentro para los estudiantes de manera espontánea, lo que alienta el trabajo que se realiza en el Área. “Es ganar más chicos para ese espacio de arte, cultura y vida. Esos son los espacios que queremos generar acá. Es decir, no tenemos una escuela de arte, no tenemos una facultad de artes, pero yo soy artista y sé que el arte salva vidas, te da las posibilidades del mundo para poder desarrollar otras potencialidades que a veces uno cree que no tiene”, indicó Yohnni, quien también resaltó que este trabajo implica el buen uso del tiempo libre y el mantenimiento de un buen promedio, importante en el proceso formativo. Esta tarea ha sido respaldada por los 20 docentes, quienes, además de enseñar técnica, han logrado sensibilizar y educar a los muchachos en el uso y cuidado de los recursos y de su tiempo.
Otro de los cambios que se están gestando tiene que ver con las instalaciones. Administrativos, docentes y estudiantes se han mostrado entusiastas por generar zonas creativas. Ante limitaciones en el cuidado del mobiliario, buscaron alternativas no invasivas y temporales para personalizar y apropiarse de sus espacios de manera respetuosa con la institución. Con estas modificaciones que se avecinan, también se implementó la conexión entre salas; todo está pensado para hacer visible el arte y fomentar la integración.
Esta apropiación de espacios también implica al campus en su totalidad. Las actuaciones de los grupos serán cada vez más comunes en cualquier zona de la sede. Así sucedió durante la Semana del Teatro, cuando más de 40 artistas recorrieron espacios convencionales y no convencionales, tanto con presentaciones como con ensayos. Esta estrategia permite a más personas conectarse con las actividades y sentir que la cultura realmente hace parte de su cotidianidad.
“Dentro de la dinámica cultural del TdeA, lo que queremos es tener una agenda que habite espacios no solo como el auditorio, sino también otros lugares cotidianos para los chicos y chicas de la institución. Entonces, en el Día del Teatro, que fue el 27 de marzo, logramos traer grupos invitados de San Antonio de Prado, de Campo Valdés, y logramos tomarnos espacios con comparsas junto a nuestro grupo”, aseguró el líder.
La dinámica cultural del TdeA no deja de expandirse. Una de las novedades de este semestre fue la apertura del Acude Disc Jockeying (DJ), que ha generado gran expectativa y aceptación. Otra es el Acude Ciudad, Arte y Territorio de Experiencias Juveniles, con saberes culturales de las regiones. También está TdeA Radio. Estas dos últimas ofertas llegan al territorio.
Además de los esfuerzos dentro del campus, especialmente en la toma de espacios no convencionales, se realiza un trabajo riguroso en el exterior. Se refuerza el enfoque de formación de públicos, lo que llevó a una alianza con el Museo de Antioquia, en la que participa la comunidad académica de las sedes Robledo e Itagüí. Se trata de recorridos guiados mensuales. Estas salidas buscan formar públicos y generar mayor interés por el arte. Este trabajo de alianzas ya se está multiplicando; la idea es que nuestra cultura se mueva por toda la ciudad.
Como parte de esta tarea, se creó una estrategia que vincula a nuestra institución con Medellín: El TdeA le canta a la ciudad, El TdeA le baila a la ciudad, El TdeA le actúa a la ciudad. Se generaron alianzas con grupos de proyección, instituciones y organizaciones como el Colegio Mayor, Ascún, colectivos artísticos, entre otros.
Se han adelantado acercamientos con la Alcaldía de Medellín para lograr participación en eventos. Asimismo, nuestros grupos de proyección son ahora Clubes Juveniles de la Secretaría de Juventud de Medellín, lo que beneficia a los estudiantes al permitirles acceder a la oferta del programa y formar parte de una red tan grande y sólida. Capacitación, visibilidad, alianzas, participación en grandes eventos, fortalecimiento de iniciativas juveniles y culturales, recursos para el trabajo de los grupos: estos son algunos de los beneficios.
Por otro lado, las adecuaciones a la infraestructura que se realizan en la sede Robledo beneficiarán al Área. Se espera optimizar aún más las salas, adecuarlas para clases y ensayos, y contar con recursos que permitan mayor calidad en el trabajo y comodidad para los usuarios.
En cuanto a la oferta en la sede Itagüí, esta se elabora de acuerdo con los intereses consignados en la caracterización realizada con los estudiantes. “Podemos ofertar, obviamente, lo que acá tenemos, pero allá podemos proponer algo que nazca más desde la necesidad de los estudiantes y del territorio mismo”, dijo el líder, recordando que todo el sur del Valle de Aburrá tiene una fuerte vocación cultural.