El cambio climático es una consecuencia dramática de la forma como el hombre ha desbordado la capacidad de explotación de los recursos naturales haciendo mal uso del suelo y como resultado del consumo desmedido, la sobrepoblación, entre otros aspectos.
Jaime Andrés Estrada Pineda, Tecnólogo agroambiental y docente del Tecnológico de Antioquia, a propósito de esto, realizó su exposición alrededor de las incidencias de este fenómeno en la seguridad alimentaria.
Toda práctica y acción humana afecta positiva o negativamente su estabilidad social, cultural y ambiental. En el caso puntual del cambio climático, Estrada Pineda destacó en su conferencia “Cambio Climático y Seguridad alimentaria” las acciones desfavorables que conllevan al cambio climático, las incidencias de este en la seguridad alimentaria, las prácticas de adaptación al mismo y la importancia de tomar en cuenta las enseñanzas ancestrales.
En cuanto a las acciones negativas habló del incremento de la población, los monocultivos, los cultivos ilegales que alteran el territorio, la deforestación, los cambios en el uso de la tierra, la industrialización creciente, la ganadería extensiva. Así mismo señaló como estas prácticas conllevan a cambios en las variables climáticas: temperaturas extremas bajas y altas, temporadas de lluvia, sequía; inundaciones, deslizamientos, aumento en los niveles del mar, tormentas, huracanes y movimientos en masa.
Con respecto a la seguridad alimentaria explicó que todas las alteraciones, anteriormente mencionadas, inciden en las propiedades, calidad nutricional, disponibilidad, acceso y aprovechamiento biológico de los alimentos que se ven modificadas sustancialmente.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación FAO, desde la Cumbre Mundial de la alimentación CMA de 1996, la –seguridad Alimentaria “a nivel del individuo, hogar, nación, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana. Y Según Seguridad alimentaria y nutricional SAN: Es la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportiuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida asaludable y activa. (Conpes 113 de 2007).
Ante esta problemática Jaime Andrés indicó que solo a través de la gestión del riesgo, la resiliencia y las prácticas de adaptabilidad al cambio climático, será posible enfrentarlo, al disminuir sus afectaciones y también contribuir en la disminución de su expansión en el corto y mediano plazo, así como con la implementación de acciones de prevención.
Al respecto Jaime Andrés subrayó: “La idea es que todas las comunidades participen de sus cambios, las alternativas de adaptación a lo largo de todo el territorio y crear estrategias de participación comunitaria para generar alertas tempranas. Dar a conocer los nuevos cambios, los cambios climáticos, los sistemas de siembra, las semillas y las nuevas especies que están saliendo a raíz de dicho cambio climático. La adaptación debe ser basada en una visión integral: la academia, las instituciones, la investigación y la gestión del riesgo. Si podemos gestionar lo que está pasando, saber las eventualidades que vienen a nuestras comunidades podemos ayudar a las mismas y así enfrentar los nuevos retos que trae este fenómeno adverso”
Agregó, además: “Esto permitirá prevenir, controlar la degradación de las aguas y los suelos, la pérdida de biodiversidad y la disminución en la producción agropecuaria”.
En definitiva, hizo énfasis en guardar semillas que corresponden a la seguridad o soberanía alimentaria de nuestros territorios. Al respecto dijo: “Hay innumerables semillas andinas que no se pueden perder. El Estado debe apropiarse de estas técnicas y prácticas ancestrales que se han venido utilizando desde hace milenios. Es volver a la tierra. Estamos acabando con las semillas ancestrales por extender esta capacidad de siembra con esta revolución verde que ha traído consecuencias nefastas para las comunidades pequeñas. Desde aquí es donde deben trabajar las ONG, el Estado, la academia, en la adaptación y visibilización de los riesgos, y trabajar por las comunidades que de verdad lo necesitan”.
Para resaltar
- Uno de los grandes desafíos de la humanidad es conseguir alimentar a los 9.000 millones de habitantes que habitarán el planeta en 2050 sin aumentar la emisión de gases efecto invernadero.
- El cambio climático tiene en la actualidad, y los seguirá teniendo con mayor relevancia en los próximos años, unos efectos directos e indirectos sobre la seguridad alimentaria en los países en desarrollo, que son precisamente los más vulnerables a sus consecuencias. Esto crea también un círculo vicioso, pues una población desnutrida es menos resistente a los efectos adversos derivados del cambio climático.
- Para alcanzar la Seguridad alimentaria ante un escenario de cambio climático el sector agrícola necesita someterse a una profunda transformación en los países en desarrollo. En la agricultura sostenible o la agricultura climáticamente inteligente en la que se tiene en cuenta las prácticas tradicionales, la apuesta es por la biodiversidad y el papel fundamental que realiza la mujer en estos países.
- La transformación de los sistemas agrícolas requiere financiación. La actual es insuficiente. El principal problema es que no existen mecanismos para cuantificar la contribución del sector agrícola a la mitigación por lo que la agricultura no ha tenido una posición relevante en las negociaciones internacionales que abordan la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero.
- Las estrategias de mitigación y adaptación en los países en desarrollo deberían tener en cuenta la seguridad alimentaria para evitar que los países desarrollados acaparen grandes extensiones de tierras para el cultivo de biocombustibles o monocultivos al entrar el sector agrícola en los mercados de carbono.
Prácticas de adaptación al cambio climático
Drenajes en potreros
Semi-confinamiento de aves
Galpones elevados
Barreras rompe caudal
Camas de siembra elevadas o en azotea
Conservación de rondas hídricas
Preservación de reservorios de agua
Uso de agua lluvia
Siembras en terrazas
Trazado de cultivos de acuerdo a la pendiente
Red de monitoreo participativa
Restauración de la fertilidad del suelo
Aprovechamiento de residuos orgánicos
Diversificación de la producción
Aprovechamiento del calendario lunar
Manejo integrado de plagas
Labranza mínima
Siembra de especies de fácil adaptación
Bancos de semillas, alimentos y herramientas, entre otros.